Documento: Informe sobre los restos simbólicos de Segundo Ruiz Belvis (2005)
- Mario R. Cancel Sepúlveda
- Historiador y escritor
En el año 2005 Pedro J. García Figueroa, alcalde, me pidió que documentara la travesía de Segundo Ruiz Belvis de Puerto Rico a Chile y el accidentado regreso de sus restos simbólicos a Hormigueros aquel año. La carta y el informe que incluyo sintetizan aquel proceso de recuperación de un símbolo nacional. Hago públicos el texto de la carta de trámite que dejé a García Figueroa y el contenido de mi informe con mis recomendaciones respecto a aquel acto.
Carta de trámite
15 de Julio de 2005
Prof. Pedro García, Alcalde
Municipio de Hormigueros
Estimado Pedro:
Adjunto te incluyo un informe sobre el destino de los restos de Segundo Ruiz Belvis. Tú llegarás a tus propias conclusiones. Me parece que, a la altura del 2005, es muy difícil determinar cuál de los dos sectores en pugna alrededor de este asunto tenía razón.
Todos los testigos estaban de acuerdo en que aquel kilo y medio de tierra era, en el mejor de los casos, los “restos simbólicos” de Segundo Ruiz Belvis. Un sector, asumía su autenticidad a pesar de las dudas; y el otro le negaba la autenticidad precisamente por las dudas. Ambas posturas estaban viciadas. La primera por el apasionamiento, y la segunda por el exceso de racionalismo positivista.
Cualquier rescate de los “restos simbólicos” tiene que partir de esa premisa. En todo caso, lo importante es la memoria que se pueda construir con esta frágil prueba.
Cualquier duda respecto a este asunto, comunícate conmigo.
Mis saludos afectuosos y suerte en esa empresa.
Con todo el afecto,
Mario R. Cancel
Informe sobre el destino de los restos de Segundo Ruiz Belvis
Fecha y circunstancia de la muerte
El 27 de octubre de 1867 Ruiz Belvis llegó a Valparaíso con el fin de cumplir una misión política en Chile. Según Ramón E. Betances, fungía como Presidente del Comité Revolucionario de Puerto Rico. Su intención era acordar la colaboración militar de la “Repúblicas del Sur” (Chile y probablemente Perú) para estimular un levantamiento revolucionario en Puerto Rico que posteriormente se consolidó en el Grito de Lares.
Había viajado desde San Tomás hasta Panamá, había pasado por Perú, hasta recalar en Valparaíso, Chile en el vapor inglés “Santiago.” Se presume que Ruiz Belvis, quien era masón activo, preparó mediante contactos con gente de esa organización internacional en los diversos puertos que tocó, su “campaña de Chile.”
Su llegada fue reseñada por los periódicos El mercurio y El diario ilustrado del día 28 de octubre como uno de los pasajeros del vapor “Santiago” procedente de Panamá. Ruiz Belvis publicó la proclama “Patria, justicia, libertad” firmada por el Comité Revolucionario de Puerto Rico en La patria del 2 de noviembre de 1867. La patria era un periódico masón y liberal que se mostró dispuesto a colaborar con la empresa antillana. La proclama era la misma que se había difundido el 16 de julio de 1867.
Ruiz Belvis había conseguido hospedaje en el Hotel Aubry, propiedad, según Martín Gaudier, de Guillermo Jenkins. El Hotel Aubry estaba ubicado en el número 1,107 de la calle Esmeralda de Valparaíso.
A los pocos días de su llegada a la ciudad, apareció muerto en su habitación. En la Parroquia Matriz del Salvador en Valparaíso se anota que su fallecimiento ocurrió el día 3 de noviembre de 1867 y que su entierro se celebró el día siguiente “con oficio menor en el Cementerio de esta ciudad.” No recibió Ruiz Belvis los sacramentos “por no haberlos pedido,” según informes del Vicario Jorge Montes. El periódico El mercurio de 5 de noviembre de 1867 reseñó su muerte. El 30 de noviembre de 1867 el periódico Los Andes de Guayaquil, Ecuador, publicó un editorial en donde comentaba la referida muerte.
El misterio rodeó su deceso. El escritor sangermeño José Marcial Quiñones dijo que, en su tiempo, la misma causó “honda impresión” y se habló de un posible envenenamiento criminal o de un suicidio. Otros historiadores indicaron que Ruiz Belvis fue atacado para despojarle de un diamante y unas sumas de dinero que llevaba consigo. R.E. Betances intentó conseguir dinero para enviar un investigador y reanudar las gestiones diplomáticas en Chile pero fue imposible.
En mayo de 1868 se emitió el siguiente certificado médico para fines de partición de herencia:
(No se ha corregido la ortografía)
El Doctor en medicina, que suscribe, certifica, que ha asistido profesionalmente al finado Sr. Don Segundo Ruiz Belvis desde la llegada de dicho caballero en Chile hasta su muerte. El Señor Ruiz habia sufrido tiempo atras de una estrechez considerable de la urethra y un dia o dos antes de partir de Puerto Rico habia sido necessario introducirle cathroder para dar salida á la urina. Desde entonces y particularmente en su viaje de Panamá acá había sufrido horriblemente y pasado casi todo el tiempo en camarote y en cama. En el Callao habia tratado de trasladarse á tierra, peró por la debilidad suma en que se encontraba, y por haber recibido alli algunas medicinas que le aliviaban un poco, prefirió seguir su viaje.
Llegó aquí el enfermo con los testiculos y el perineo sumamente hinchados. Se habia formado infiltracion de urina y en su consecuencia inflamacion phlegmonosa. La gangrena, que pronto entró, no pudo ser vencida ni por incisiones largas y profundas varias veces repetidas.
Murió el Señor Ruiz y se murió indirtamente á causa de su estrechez de la urethra y directamente á causa de gangrena producida por inflamación phlegmonosa del perineo.
En la última y mayor parte del tratamiento fui asistido por los consejos habiles y oportunos del Señor Doctor Don Augustin Coignard.
Al mismo tiempo certifico, sin que se me haya pedido eso, que el dueño hotel Audery el Señor Don Julio Lanboy ha hecho cuidar al enfermo con todo esmero possible y personalmente se había encargado dicho señor de curaciones que, por lo lo fétido que eran las heridas, ni los mismos sirvientes querian hacer.
E C MencKel
Valparaiso y 31 de mayo 1868 (sic)
Situación y destino de los restos
Se asegura que Ruiz Belvis fue inhumado en el hoy llamado Cementerio número uno de la ciudad de Valparaíso, tras el pago de $8.50 por un féretro de segunda clase y el derecho de enterramiento. Dicha suma fue saldada por un tal Antonio Cruz, posiblemente masón como el fenecido. En estos documentos se atribuye la muerte a una “contusión interior”. No consta si se realizó autopsia en el cadáver. Queda claro que Cruz sólo pagó sepultura por un año. (La validez de esta información ha sido cuestionada por algunos investigadores)
Según Leopoldo Benavides, es probable que el cadáver permaneciera más de un año en aquella localidad y que en 1873 todavía se hallase su tumba en un lugar accesible cuando Eugenio María de Hostos la visitó. Al paso de los años, sus restos pudieron ser reubicados en el osario común del Cementerio número uno o trasladados al llamado Cementerio Nuevo, hoy Cementerio número tres, también a un osario común
Martín Gaudier presentó una certificación firmada por Luis Hidalgo López, Subteniente de Carabineros que dice que en el hoy llamado Cementerio número 3 halló documentación que certificaba lo siguiente: Segundo Ruiz Belvis fue enterrado en el llamado Cementerio número uno en el nicho número 117 mediante un pase de sepultación número 2074 de la Parroquia Matriz del Salvador en Valparaíso. El documento no indica el número de cuartel o zona de nichos.
Basado en esta información, Gaudier asegura que Ruiz Belvis fue enterrado en el Cuartel No. 1, Nicho No. 117 del Cementerio número uno de la ciudad de Valparaíso. La determinación de que se trataba del Cuartel No. 1 se hizo por eliminación. En los otros cuarteles los nichos 117 estaban ocupados e identificados. El nicho que se asignó a Ruiz Belvis no tenía lápida de identificación ni estaba en el registro del cementerio.
Gaudier tenía en su posesión una carta remitida en 1950 a Eugenio Astol Busatti por Genaro Maldonado, escritor y amigo suyo residente en Chile. A Maldonado le había informado Pedro L. Montenegro que en el nicho 117 del Cuartel No. 1 del Cementerio número uno había sido sepultado Ruiz pero que los terremotos que azotaron la ciudad dificultaban la ubicación de la tumba. Señaló también la posibilidad de un traslado al Cementerio número tres, de Playa Ancha, como señala Benavides, pero dicho traslado no aparece registrado.
Lucius D. Hill, Agente Consular Americano en Valparaíso en 1960, recomendó buscar los restos en el Cementerio número uno “único lugar donde podrían estar los restos” de acuerdo con la fecha de la muerte de Ruiz Belvis. Se debía buscar nicho por nicho y “como un esfuerzo simbólico, se podría sacar digamos un par de libras de tierra de la FOSA COMÚN del Cementerio No. 1, echarla en un cofre sellándola ante Notario y ante mí” para enviarla a Puerto Rico.
Gestiones de Martín Gaudier
El propósito era enterrar los restos en Mayagüez. Gaudier alegaba que Ruiz Belvis era mayagüezano porque la Hacienda Josefa estaba ubicada en un sector del barrio Guanajibo que pertenecía a Mayagüez en 1829. Tenía el respaldo de Félix E. Tió quien pagaría los gastos para traer los restos a Puerto Rico. Trató de comprometer a las autoridades culturales y políticas de Puerto Rico con su causa que entonces estaba en manos de ideólogos del populismo.
No tuvieron la respuesta oficial que esperaban de Arturo Morales Carrión, Sub-secretario de estado, ni de Ricardo Alegría, Director Ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Ricardo Alegría alegaba que Ruiz Belvis era de Hormigueros y que el Gobierno Municipal de Hormigueros tenía más derecho a los restos que Mayagüez (carta del 13 de marzo de 1961). El Instituto de Cultura Puertorriqueña costearía los gastos si se le demostraba que existía el Nicho 117, pero una vez ello se demostrara, debía encargarse de la gestión al Departamento de Estado del ELA.
Se envió a Ismael Rodríguez Bou a Valparaíso a investigar y éste determinó que había “pocas esperanzas de descubrir los restos” de Ruiz Belvis en Valparaíso y que el Nicho 117 pudo haber sido ocupado por otra persona (carta de 24 de mayo de 1962). Julio Toro Vega, Alcalde de Hormigueros, se asoció a la posición oficial cuando delegó la representación del Municipio en el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
El 18 de julio de 1962, Lucius D. Hill, Agente Consular Americano en Valparaíso, aseguraba que “los restos del Sr. Segundo Ruiz Belvis han sido embarcados a Puerto Rico” siguiendo las instrucciones de localización de Martín Gaudier. Hill incluye un Memorandum de Tito I. Salazar, Agente, en el cual asegura se sacaron 1.5 kilos de polvo del Nicho 117 del Cementerio número 1 de Valparaíso y se pusieron en una urna lacrada para remitirse a Puerto Rico (carta de 14 de julio de 1962).
El 26 de julio de 1962 los “restos simbólicos-materiales,” así se llamaron por el beneficio de la duda, llegaron a Puerto Rico. Se encargó a la Academia de la Historia y a Aurelio Tió determinar su autenticidad (carta de 10 de agosto de 1962). Aurelio Tió presentó un extenso informe cuyas especulaciones le condujeron a aceptar la validez de la postura de Martín Gaudier. Félix y Aurelio Tió eran amigos personales de Martín Gaudier y era poco probable que Aurelio emitiera una opinión que afectara el proyecto.
La fenecida historiadora Miñi Seijo Bruno se hizo cargo de organizar una caravana con los restos hasta Hormigueros que debía llevarse a cabo el domingo 19 de agosto de 1962. La misma seguía la tradición de la que en 1920 trajo los restos de R. E. Betances a Cabo Rojo. Los planes de Julio Toro Vega, el alcalde, eran hacer un monumento y depositar los restos en el mismo tal y como se hizo en Cabo Rojo. Los sectores independentistas interpretaron el momento como una situación política beneficiosa para su causa. Juan Mari Brás se solidarizó pública y privadamente con Gaudier (carta de 20 de agosto de 1962).
La actividad se pospuso porque el Instituto de Cultura Puertorriqueña no tomó posición respecto a la autenticidad de los mismos lo cual le restaba credibilidad al acto cultural. Se decidió posponer la celebración del acto para el 9 de septiembre de 1962 a fin de que coincidiera con las fiestas patronales del pueblo. El asunto de los restos se convirtió en un balón político que anexionistas e independentistas usaron contra las autoridades populistas.
El 26 agosto de 1962 Martín Gaudier decide no traer los restos a Hormigueros. La razón fue un escándalo policíaco que involucró los restos de Ruiz Belvis. El 1ro de agosto de 1962 tres personas reclamaron a nombre del Instituto de Cultura Puertorriqueña los restos de Ruiz Belvis en la oficina del alcalde de Hormigueros. Ricardo Alegría desautorizó la solicitud porque la persona encargada de cualquier gestión a nombre del Instituto de Cultura Puertorriqueña era Eugenio Fernández Méndez.
El 2 de agosto hubo una explosión en la Farmacia Modelo de Mayagüez. Se alegó en la prensa que uno de los dos jóvenes que reclamó los restos de Ruiz Belvis el día antes resultó muerto en la explosión. Julio Toro Vega estaba alterado por los hechos y se distanció del Comité que trabajaba con los restos y el proyecto de monumento.
Regino Cabassa Túa, amigo de Gaudier, coleccionista y ex nacionalista, sugirió que no se le entregaran los restos a Hormigueros. El 27 de agosto de 1962 se negó la información que relacionaba la explosión con el asunto de los restos, y se informó que se le iba a enterrar en el panteón de Antonia Cabassa viuda de Fajardo en Hormigueros. El 24 de agosto de 1962 El mundo publicó la noticia “No en Hormigueros. Entierran en Mayagüez los restos de Ruiz Belvis.” Los mismos fueron depositados en el panteón del señor Martín Gaudier.
Martín Gaudier tenía casa en el 206 de la Avenida Flamboyanes en Hyde Park, Río Piedras y probablemente llevó con él los restos a algún cementerio de la capital cuando falleció.
Interesante e histórico capítulo de don Segundo Ruiz Belvis. Estaba ajeno a esa fase de su vida pues residía en la ciudad de Nueva York para el 1962. Aunque sus restos eran simbólicos, el Instituto de Cultura Puertorriqueña era el llamado para bregar con la última morada de don Segundo Ruiz Belvis que dió su vida por sus creencias ideológicas.
Me gustaMe gusta
Benjamín, he dejado un comentario sobre Ruiz Belvis que le puede interesar. Saludos cordiales…
Me gustaMe gusta
Estimado: Muy interesante trabajo, he encontrado antecedentes que no conocía, en particular de su muerte en Valparaíso. He andado un tiempo en la búsqueda de este libro: Martín Gaudier, «Segundo Ruiz Belvis. Su trayectoria cívico-política. Su muerte en Chile. Traslado de sus restos a Puerto Rico en 1962», Mayagüez, [s. e.], 1964. ¿No tendrá alguna noticia al respecto?
Saludos
Me gustaMe gusta
Ernesto gracias por tu nota. El episodio que se relata en esta entrada pasó al olvido hace mucho tiempo. Se trata de otra de las aventuras políticas de la Guerra Fría que dejamos atrás hace mucho tiempo. El libro del ingeniero e investigador Martín Gaudier está agotado. Es una curiosidad de coleccionistas. Yo tengo un ejemplar en mi biblioteca. Se puede consultar en bibliotecas de Puerto Rico. Saludos cordiales.
Me gustaMe gusta
Mario: Gracias por la información. La verdad es que estoy trabajando en un libro de crónicas históricas de Valparaíso y una de ellas trata sobre el brevísimo paso de Ruiz Belvis por esta ciudad, de ahí mi interés en él y algunos aspectos de su biografía. De hecho, si fuera posible, me gustaría citar un par de párrafos de tu texto, con las referencias que corresponden, por cierto.
Saludos desde Valparaíso, Chile.
Me gustaMe gusta
Ernesto, voy a publicar dos temas de Valparaíso por estos días. Uno sobre Ruiz belvis en esa ciudad y otro sobre Hostos hablando de Ruiz Belvis en su tumba. Puedes usar esas referencias como gustes.
Me gustaMe gusta